El check azul de Twitter huele a desodorante Axe
Una insignia para diferenciar a los "losers" que encima tienes que pagar
En las pelis de institutos estadounidenses descubrí una señal que en España no tenemos: la L de loser, hecha con el dedo pulgar e índice sobre la frente, una especie de peineta en la que estás llamando loser (idiota, perdedor) a la persona a la que se la diriges.
No uséis ese gesto en las recepciones con el presidente.
En el mundo digital, hay un icono que va camino de convertirse en algo así: el check azul de Twitter. Y no solo porque haya una extensión para Chrome que lo añada literalemente:
Y todo por haber gestionado con torpeza la situación, viéndola desde la narrativa incorrecta. Os cuento.
Mucho antes de comprar la empresa y su puesto como CEO, Elon Musk ya tenía ideas para Twitter. Una de ellas era que cualquiera que pagase Twitter Blue, la suscripción en la que ya estaba trabajando el equipo anterior, debía recibir una insignia azul de verificación.
La insignia azul junto al icono se había convertido en un marcador de “quién es alguien” en esta nuestra red social. Una especie de invitación al Club de Campo. La idea era buena: señalar las cuentas oficiales de personalidades públicas y marcas para evitar que otros pudieran hacerse pasar por ellos. Sin embargo, siempre había quien trataba de conseguirla y se sentía menos porque Twitter le venía a decir “pero quién te va a suplantar a ti, pringao, que no te conocen ni en tu casa”.
Elon Musk es de esa gente que cree que la relevancia se puede comprar, así que cuando llegó a Twitter aplicó esa idea que tenía de hacer que el check azul fuese accesible a cualquiera que pagase. Al principio no salió demasiado bien: por ejemplo, un adolescente se cambió el nombre y avatar para hacerse pasar por una empresa farmacéutica y prometió insulina gratis a todos los pacientes, lo que desplomó las acciones de la compañía.
Pero bueno, solucionado eso (ahora parece ser que repasan manualmente que no te estés haciendo pasar por una gran corporación) el programa ha seguido adelante, y ya han anunciado que desde el 1 de abril todos los verificados anteriores (es decir, los que lo tenían por méritos propios) perderán su insignia.
Y aquí es donde está el error.
La clave está precisamente en la narrativa. La insignia azul era aspiracional precisamente porque no era fácil de obtener. Tener una insignia azul te diferenciaba de los demás, daba el mensaje de que eras relevante y alguien de Twitter había decidido que merecías un reconocimiento.
Por supuesto, quienes pagan quieren que su insignia sea azul, que sea igual que la de los famosos. Darles una insignia de color, no sé, verde, supondría seguir haciendo que se sientan de segunda. Pero este fenómeno contagia significados en ambas direcciones: si todo es importante, nada es importante. Tener una insignia azul ya no significa nada, más allá de que algún momento del mes anterior tuviste 8 dólares en tu cuenta. Nada más.
Bueno, sí: también transmite la idea de que tienes una autoestima tan baja que necesitas agarrarte a cualquier reconocimiento que te haga sentir mejor. Un poco como esos señores en la crisis de los 40 o acomplejados con el tamaño de alguna parte de su cuerpo que se compran un enorme coche para compensar.
Algo así le pasó en los años 90 a Axe en algunos institutos estadounidenses. ¿Recordáis aquellos anuncios en los que básicamente te prometían que si te echabas suficiente desodorante las chicas harían cola para liarse contigo? ¿y quiénes crees que estaban tan desesperados por ligar que se creerían cualquier promesa exagerada? Los populares de la clase no, ya te lo digo yo. Llegó un momento en el que usar Axe acabó convirtiéndose en un marcador de pringados. Tuvieron que comenzar a matizar los anuncios para no encasillarse en esa percepción.
En paralelo, Twitter ya está experimentando una funcionalidad para que los que paguen Twitter Blue puedan ocultar su insignia. Un gran aplauso para Elon Musk, que ha logrado convertir su gran idea (insignias para todos) en algo vergonzoso que tienes que dejar al usuario que oculte.
Y todo por el empeño de vender la relevancia.
Si la narrativa hubiera sido otra, si se hubiera ofrecido una insignia especial a los suscriptores y se hubiera trabajado la percepción de “esta gente es la que ayuda a que Twitter sea posible, la gente que se compromete con el proyecto” quizás sería diferente. Esa sí que es una descripción ilusionante. Nadie quiere ser el tío al que le ponen en la primera fila de los Oscar porque tiene suficiente dinero. Estas cosas solo funcionan si los demás creen que estás ahí por méritos propios.
De hecho, no creo que tarden mucho en incorporar esa opción de ocultar la verificación, porque estoy seguro de que hay muchos que no se animan a pagar Twitter Blue precisamente para no ser señalados. Yo mismo me lo he planteado alguna vez: algunas de sus funcionalidades me gustan (poder subir vídeos más largos, más opciones de organización de tuits guardados) aunque echo en falta otras (programación de hilos, edición real de tuits, estadísticas avanzadas…), pero sinceramente, no quiero ese check azul junto a mi nombre.